Tras la misa a las 7 de la tarde dió comienzo la procesión, en la que participaron los niños que este año hicieron la comunión. Así la custodia de mano, comenzó a recorrer la la plaza Virgen de las Angustias (dónde se ubicó el altar de la parróquia), Almedina, Mecina Bombarón (dónde había otro Altar), Loma de la Mezquita (bordeando el Parque cabriles en el que se encontraba un Altar), Avenida de Federico García Lorca (donde se ubicó otro Retablo para Jesús Sacramentado) y nuevamente Almedina y Plaza Virgen de las Angustias, teniendo como palio de honor al cielo lomero.
Fué muy grato, ver como una multitud de personas acompañaron al Jesús Sacramentado, se engalanaron balcones con las típicas colchas y mantones adornados con claveles, el olor a hierbabuena,... que nos hicieron ver que los habitantes de este insigne barrio querían hacer de él un altar en el que habitase por siempre Cristo.
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