Labrada a tamaño académico por el escultor e imaginero de Mairena del Alcor (Sevilla), al tratarse de un fraile capuchino -cuyo verdadero nombre era Francisco Tomás de San Juan Bautista Márquez Sánchez- del que existe documentación fotográfica; su representación escultórica, como la de otros tantos religiosos beatificados y/o canonizados en el siglo pasado, supone una plasmación fiel de sus rasgos fisonómicos.
Es en la pose de estos simulacros donde los artistas despliegan mayormente su creatividad; en este caso, Ventura Gómez representa al limosnero malagueño, de larga barba blanca y gesto dulce y bondadoso, ofreciendo una hogaza de pan a un pobre, dando testimonio de su ejemplar existencia. El fervor religioso de Fray Leopoldo se manifiesta en el cayado, formado por dos palos atados con una cuerda que dan lugar a una rudimentaria cruz.
Fuente: La Hornacina
0 comentarios:
Publicar un comentario